La Primera Vuelta de Chivilcoy fue un evento significativo en la carrera de Dante Emiliozzi. En esta competición, que tuvo lugar el 9 de noviembre de 1969, Dante Emiliozzi se vio involucrado en un accidente que resultó en la destrucción de su Baufer F-100. Este incidente marcó el retiro de Dante Emiliozzi, un piloto destacado, que se retiró de las competencias en esta fecha tras el accidente en la I Vuelta de Chivilcoy.
Este evento fue recordado y homenajeado en Olavarría, siendo el primer gran homenaje a los ídolos Dante y Torcuato Emiliozzi, quienes dejaron una huella importante en el automovilismo argentino.
Hermanos Emiliozzi: Leyendas del Automovilismo Argentino
Los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi, nacidos en Buenos Aires, Argentina, dejaron una huella imborrable en la historia del automovilismo, especialmente en la famosa categoría Turismo Carretera durante las décadas de los ’50 y ’60.
Datos personales
Torcuato, conocido como «Tito», vio la luz el 30 de mayo de 1912, mientras que Dante llegó al mundo el 10 de enero de 1916. Ambos hijos de Torcuato Emiliozzi y Adalgisa Bormioli, abandonaron sus estudios secundarios para adentrarse en el oficio de mecánico en el taller de su padre, donde se especializaron en diferentes áreas del mantenimiento y reparación de vehículos.
Familia Emiliozzi
La historia de los Emiliozzi se entrelaza con la migración desde Italia a Argentina, donde la familia se estableció en Buenos Aires antes de asentarse definitivamente en la ciudad de Olavarría en 1923. Fue allí donde montaron su taller mecánico, convirtiéndose en un punto de referencia para la comunidad local.
Inicios en el automovilismo
La pasión por las carreras surgió temprano en Torcuato, quien comenzó como acompañante de José Valerga en un Ford A. Sin embargo, fue en 1936 cuando ganó su primera competencia como conductor. Más tarde, los hermanos incursionaron en el Turismo Carretera, debutando en 1950 con la emblemática Galera.
La definición del piloto y el copiloto
Después de un pacto entre hermanos, Dante se consagró como el piloto principal, mientras que Torcuato se convirtió en su copiloto permanente. Esta decisión fue acertada, ya que llevaron a casa múltiples campeonatos durante los años siguientes.
El taller y la escudería
El taller familiar no solo fue el centro de operaciones para mantener sus vehículos en óptimas condiciones, sino que también se convirtió en un punto de encuentro para entusiastas y mecánicos locales. La escudería de los Emiliozzi contó con un espíritu deportivo excepcional, formada por individuos comprometidos y apasionados por las carreras.
Sus vehículos y el legado
Desde la Galera Motor 59AB hasta el Halcón Pronello Ford F100, los vehículos de los Emiliozzi marcaron una era en el automovilismo argentino. A pesar de los desafíos y la evolución de la competición, su legado perdura hasta el día de hoy.
El retiro de Dante y los homenajes
El accidente en la Primera Vuelta de Chivilcoy en 1969 marcó el retiro de Dante de las pistas, pero su legado continuó inspirando a generaciones posteriores de pilotos. Su memoria es honrada con calles y un museo dedicado a su historia en Olavarría, así como con el nombre del autódromo local.
Los hermanos Emiliozzi trascendieron las pistas de carreras para convertirse en símbolos del coraje, la pasión y el compromiso en el automovilismo argentino. Su legado perdura como un recordatorio eterno de lo que es posible lograr con determinación y trabajo duro.
![LA PRIMERA VUELTA DE CHIVILCOY Y EL RETIRO DE DANTE EMILIOZZI](https://autonoticias.com.ar/wp-content/uploads/2024/04/image.png)